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lunes, 26 de octubre de 2015

Le ruego a usted me desinvada

Setefilla Almenara


EnReDados 42.
Propietaria: Setefilla Almenara.

Ficha de audio:
Narradora: Antonia Zurera.
Música: Nicoco (Jamendo).
Duración: 4:06

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lunes, 12 de octubre de 2015

Triángulo criminal


Historias mínimas.

Ángela Pradelli entrevista para literaturas.com a Raúl Brasca (Buenos Aires, 1.948), autor de Triángulo criminal que hoy os servimos:

Indudablemente estamos en una época de auge del minicuento. Parece que hubiera alguna relación entre esta época tan fragmentada y los relatos breves. A qué cree que se debe este auge.
La microficción es una forma de lectura donde uno juega a aislar fragmentos que posean significación en sí mismos; quiero decir, fuera del contexto. Titularlos los resignifica y les agrega nuevas posibilidades de sentido. La gente de hoy lee fragmentariamente, nadie tiene demasiado tiempo. El microcuento es un género del siglo xx porque es muy apto para la crítica, la ironía, el humor y la sátira. Estas son características de este siglo, más precisamente de la segunda mitad. Pensemos en Borges, en Bioy Casares, en Julio Torri, en Virgilio Piñeira. Fueron grandes maestros que dieron una enorme descendencia. Hoy en día hay escritores que publican libros sólo de minificción.”

Ficha de audio:
Texto: Raúl Brasca
Narrador: Javier Merchante.
Música: Razvan Veina (Jamendo).
Duración: 1:35.

Todos los relatos y textos de esta categoría reunidos, aquí.




Triángulo criminal. 

(Raúl Brasca) 

Vayamos por partes, comisario: de los tres que estábamos en el boliche, usted, yo y el “occiso”, como gusta llamarlo -todos muy borrachos, para qué lo vamos a negar- yo no soy el que escapó con el cuchillo chorreando sangre. Mi puñal está limpito como puede apreciar; y además estoy aquí sin que nadie haya tenido que traerme, ya que nunca me fui. El que huyó fue el “occiso” que, por la forma como corría, de muerto tiene bien poco. Y como él está vivo, queda claro que yo no lo maté. Al revés, si me atengo al ardor que siento aquí abajo, fue él quien me mató. Ahora bien, puesto que usted me está interrogando y yo, muerto como estoy, puedo responderle, tendrá que reconocer que el “occiso” no sólo me mató a mí, también lo mató a usted.