Algunos suelen llevar la cámara de fotos siempre encima. Otros, como es mi caso, vamos con la grabadora a ver qué pillamos.
En París, en la rue Teophile Roussel, cerca de la Place d`Aligre, muy próxima a la Bastilla, hay una taberna fantástica por el personal que para allí, el tabernero, la variedad de vinos y lo ajustado de sus precios para una ciudad como ésta, capaz de secarte el bolsillo.
El tabernero, a veces, deja que sus parroquianos se arranquen por cuentos, sin querer convertir su local en un centro de bohemía. Tuve la suerte de asistir aquel día a una reunión de españoles que no sé qué celebraban, pero es el caso, que pude capturar la narración que hoy les traigo a La Taberna del Callao. La narración resultó ser un relato adaptado de Milan Kundera, que al parecer visitaba la taberna en sus años de exilio parisino.